Reseña: La encuadernadora de libros prohibidos de Belinda Starling



El libro me ha gustado, pero a medida que ha ido avanzando. Digamos que no es una novela que te enganche desde el principio, sino que has de ir mascando poco a poco para saborearla.
La historia se sitúa a mediados del siglo XIX, en el Londres victoriano. La novela narra la vida de Dora Damage, que debido a la enfermedad de su marido debe encargarse del negocio: una imprenta. Para salir de la pobreza deberá aceptar unos encargos comprometedores: obras pornográficas. Estas obras vienen de mano del señor Diprose, intemediario entre la encuadernadora y un grupo enigmático que se hacen llamar los Nobles Salvajes. 
La historia está narrada en primera persona, desde el punto de vista de Dora.
El inicio es, a mi gusto, tedioso. Son demasiadas páginas que nos refleja las penurias de Dora y su familia. La autora nos recuerda de forma insistente que la protagonista es pobre y que pasa hambre y no tiene dinero para alimentar a su hija.
La novela es interesante por los temas que trata y el choque de ideales entre Dora y el contenido de los libros que debe encuadernar. Dora es una mujer tradicional, sumisa, con afán de complacer al marido y con poca experiencia sexual. Esto choca con las obras pornográficas que debe imprimir. Al ser en primera persona, la autora nos transmite sus conflictos, sus pensamientos, sus sentimientos de culpabilidad, pero también sus trucos mentales para justificar su trabajo, algo que hará que el personaje cambie. Para mí es interesante ver la evolución de Dora en la novela, de mujer sumisa a mujer que lucha por su identidad y su libertad. Ante las circunstancias de la enfermedad, Dora descubre que es una luchadora.
A través de la mirada de Dora, la autora nos transmite la visión de ciertos temas en la época victoriana: el papel de la mujer, la situación laboral, las desigualdades sociales en Londres, la frivolidad de la burguesía, el tabú de la sexualidad, la influencia del colonialismo y la esclavitud. 
Así como el sexo es el eje de la novela (como tabú social), la esclavitud aparece como el otro eje.
El personaje de Dora está bien conseguido, así como el odiado Diprose, pero uno tiene la sensación que los personajes secundarios son algo molestos para la autora. Desparecen con demasiada facilidad y algunos siguen apareciendo sin que aporten gran cosa a la historia.
Hay un gran trabajo documental de la época victoriana, tanto en escenarios, costumbres, ropas, precios.

La autora murió en el 2006, a los 34 años, tras una operación de un quiste en vía biliar, que por lo visto se complicó posteriormente. 

Puntuación: 4/5

Sinopsis

Dora Damage sabe que está en la miseria, atrapada en el Londres victoriano entre la enfermedad de su marido, Peter, incapaz de sacar adelante la pequeña imprenta familia. La presencia de su hija Lucinda hará que Dora decida encargarse de la vieja imprenta. Perseguida por los prestamistas, Dora recorre las librerías hasta que encuentra al señor Diprose y sus ediciones pornográficas –El Decamerón, Fanny Hill, o memorias de una mujer de placer, El Ars Amatoria de Ovidio–, cuyos encargos debe realizar en el más absoluto secreto, encuadernándolas con todo lujo y filigranas, destinadas a una enigmática y acaudalada sociedad denominada los Nobles Salvajes. Hasta que ejemplar a ejemplar, Dora va conociendo que aquellos nobles forman un club basado en compartir el conocimiento de la crueldad y de algo aún más tenebroso. Dora comenzará a darse cuenta de que ha penetrado en el seno de una obsesión de sexo, placer y muerte a la que tendrá que hacer frente si no quiere convertirse en una piel reseca más entre sus manos.

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