La novela como un árbol


Sí, podríamos asemejar la novela a un árbol. Y esta comparación puede servirnos cuando tenemos las ideas en plena ebullición en nuestra cabeza y hemos de recordar cuál es el núcleo de la historia, pues puede ocurrir que al añadir muchas tramas secundarias, perdamos de vista la base del libro.

Al decir que la novela es cómo un árbol, nos permite diferenciar las siguientes partes:

- La historia principal: será el tronco del árbol

- Las subramas que la integran ejercen la función de ramas, y éstas no son autónomas, sino que están conectadas entre sí, se alimentan de la misma savia y dependen de su tronco.

Como ejercicio, puedes hacer lo siguiente, dibujar tú "árbol". Y cuando digo dibujar, tal cual, es decir, que el redactado tenga forma de árbol:

- Primero dibuja el tronco, la historia principal: ¿Cuál es? ¿Está ordenada linealmente o hay saltos en el tiempo? ¿Y qué personajes son los principales? (aquí nos pueden servir las fichas de personajes que dí en otra entrada)

- Después dibuja sus ramas, las historias secundarias: ¿en qué punto aparecen estas historias? (la rama puede colocarse en un lugar que simbolice la entrada de la historia) ¿Qué tiene que ver esa historia de los personajes secundarios con la principal? ¿Cómo contribuyen las historias secundarias al desarrollo de la historia principal? 

- "Planta" tu árbol en la pared del lugar donde trabajas, para tenerlo presente. Esto nos permitirá ver cómo está hecho el esqueleto para entender cómo se sostiene el cuerpo.

Deseo que os sea útil.

Feliz escritura!


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